Presentación

EL “ABC” DE LA PERTURBACIÓN EMOCIONAL


Albert Ellis, en 1955, introdujo el modelo “ABC” de la TREC y simplificó la idea de cómo las personas se perturban a sí mismas.


La “A” representa lo que se llama un evento ACTIVADOR y puede positivo o negativo, y llama la “C” o CONSECUENCIA EMOCIONAL y CONDUCTUAL a la reacción que tenemos ante ese evento en particular. En la vida diaria hay muchos eventos que nos afectan y solemos tener varias reacciones emocionales y conductuales ante ellas. Muchos psicólogos y psicoterapias dicen que nuestras reacciones se deben a nuestro pasado y a otros factores externos. Pero Ellis dijo que nuestras reacciones principalmente dependen de cómo veamos e interpretemos actualmente, en el aquí y ahora, lo que nos está sucediendo ya sea un evento pasado, presente o futuro.


El evento activador o la “A” no causa nuestra reacción o la “C”, sino lo que causa principalmente la “C” es la “B” o SISTEMA DE CREENCIAS, que son los factores nucleares de nuestro pensamiento. 


Con el tiempo construimos ciertas creencias sobre la forma en cómo DEBERÍA funcionar yo, los demás y el mundo. Y cuanto más rígidas sean estas creencias, cuanto más fuertes sean nuestros “DEBERÍAS”, más reacciones perturbadas tendremos. Así que cuando empezamos a creer qué cosas deberían pasar o no deberían pasar, a estar demasiado polarizado pensando en blanco o negro, con bastante frecuencia, nos perturbamos y podemos sentimos ansiosos si pensamos que algo malo no debería suceder, que sería espantoso y terrible si sucediera, que no lo soportaría y que mi valía personal se vería perjudicada. 


Por tanto, en el núcleo central de la TREC, están estos pensamientos exigentes o “deberías”, sobre lo que debería o no debería ocurrir, y que si sucede será horrible y terrible, no podremos soportarlo, y mi valor personal será nulo. 


En resumen, en el ABC de la TREC, la “A” es el evento activador, lo que nos sucede, la “C” es nuestra reacción emocional y de comportamiento, y la “B” o sistema de creencias es lo que causa nuestra reacción ante el evento activador.


El principal problema humano es que creemos que la vida DEBE de ser de cierta manera, que hay una manera ABSOLUTA de ir por la vida, que la gente debería amarnos porque somos buenos con ellos, que nunca debemos cometer errores si nos esforzamos a ello y que la vida siempre debería ser justa y fácil si nos lo merecemos. 


Estos “DEBERÍAS” que tenemos en la cabeza, si nos lo creemos de manera convincente, y la vida nos proporciona un evento activador que choca frontalmente con este “DEBERÍA”, entonces, tenemos una reacción negativa perturbada. Y en función de si pensamos que va a ser espantoso y terrible si sucede nos pondremos ansiosos, si pensamos que nunca va a cambiar y va ser así para siempre nos vamos a deprimir y si simplemente pensamos que estas cosas no deberían suceder porque son injustas nos enojaremos. De modo que todas nuestras emociones negativas perturbadas son, en realidad, causadas por nuestras creencias fundamentales subyacentes. 


Este énfasis en la exigencia es lo que la hace ligeramente diferente a otros enfoques cognitivos conductuales (TCC), ya que otros enfoques de la TCC hablan solo de los pensamientos automáticos que pasan por nuestra cabeza. Pero Ellis enfatizó que no son solo los pensamientos conscientes que pasan por nuestra cabeza, sino son las creencias fundamentales subyacentes o esquemas subconscientes que controlan nuestra reacción emocional y conductual. Y cuanto más exigentes y rígidas son estas creencias, cuanto más tengan un DEBER absoluto, mayor es la reacción negativa y perturbada de la persona.


Las creencias centrales básicas (exigencias y falsas necesidades) que causan la mayor parte de los trastornos emocionales son: 


1-    NECESIDAD DE PERFECCIÓN. Creer que mi acción siempre DEBE ser perfecta, que las cosas deben hacerse a mi manera, que nunca debemos cometer errores y que siempre debemos hacerlo bien. Si tenemos ese tipo de sistema de creencias y cometemos un error, lo que seguro sucederá en algún momento, es que nos perturbaremos. Por tanto, el perfeccionismo se centra en nuestro modo de actuar. 


2-    NECESIDAD DE AMOR. Creer que las personas DEBEN amarnos y hacerlo de cierta manera, que nunca debemos ser rechazados y que tenemos que gustar a todo el mundo. Si mantenemos este tipo de creencias y nos rechazan, lo que también seguro que en algún momento va a sucedernos, entonces, nos perturbaremos. Por tanto, la necesidad de amor se centra en la gente. 


3-    NECESIDAD DE COMODIDAD. Creer que la vida DEBE ser fácil, que las cosas deben salir como yo quiero, que nunca debemos tener problemas y conflictos y que siempre tenemos que sentirnos bien. Si tenemos este tipo de creencias y nos suceden problemas, que probablemente vamos a tener algún día, nos vamos a perturbar. Por tanto, la necesidad de comodidad se centra en el bienestar. 


Cuando las cosas no salen de la forma en que lo deseamos o esperamos, lo convertimos en un “DEBERÍA” absolutista. Este concepto, Ellis realmente lo tomó de Karen Horney, que era psicoanalista, cuando hablaba de "la tiranía de los deberías".


Por tanto, Ellis propuso que, a nivel nuclear, el pensamiento absolutista está en el centro de las emociones perturbadas. De modo que es la exigencia absoluta de amor, la exigencia de perfección y la exigencia de comodidad, lo que provoca la perturbación emocional. Y su enfoque en los "debería" es realmente fundamental en la TREC y la aportación significativa de Ellis, y que la hace diferente a otras TCC.





EL CAMBIO DE PENSAMIENTO


Una vez tenemos identificado el “ABC” de la perturbación emocional, tenemos que retar, desafiar, debatir, estas creencias irracionales. Es lo que se llama DEBATE o “D”. Necesitamos encontrar una manera de cambiar esos “deberías” y transformarlo en una “preferencia”:


1-    PREFERENCIAS DE ACTUACIÓN. Querer que mi acción sea lo mejor que se pueda, que las cosas nos gustarían que salieran a mi manera, que prefiero no cometer errores y que deseo hacerlo bien. Si tenemos ese tipo de sistema de creencias y cometemos un error, lo que seguro sucederá en algún momento, es que nos disgustaremos, pero no nos perturbaremos. Por tanto, las preferencias se centran en intentar mejorar nuestro modo de actuar. 


2-    PREFERENCIAS DE AMOR. Creer que las personas deseamos ser amados y que nos lo digan, que no nos gustar ser rechazados y que preferimos gustar a mucha gente. Si mantenemos este tipo de creencias y nos rechazan, lo que también seguro que en algún momento va a sucedernos, entonces, nos sentiremos tristes, pero no perturbados. Por tanto, la preferencia de amor se centra en nuestra manera de relacionarnos con la gente. 


3-    PREFERENCIAS DE COMODIDAD. Creer que la vida nos gustaría que fuera más fácil, que las cosas preferimos que salgan como yo quiero, que no nos gusta tener problemas y conflictos y que deseamos sentirnos bien. Si tenemos este tipo de creencias y nos suceden problemas, que probablemente vamos a tener algún día, nos molestaremos, pero no nos vamos a perturbar. Por tanto, la preferencia de comodidad se centra en buscar  nuestro bienestar en sentido amplio. 


Mediante el DEBATE les retamos a que se cuestionen la rigidez de las creencias de perfección, de amor y de comodidad: “¿Es realista creer que debes hacerlo todo bien siempre? ¿Dónde está escrito que debes ser amado siempre? ¿Es lógico pensar que no puedes tolerar un poco de incomodidad?”. Este estilo de preguntas es lo que hacemos a nuestros pacientes para que cambien sus creencias rígidas sobre ellos mismos, los demás y las cosas que les suceden.


Nunca debatimos el deseo de actuar bien, de ser amados y de estar cómodos, sino la exigencia o rigidez que DEBE ser así siempre, el “DEBERÍA” o “TENDRÍA QUE”. Esta idea de que las personas nos perturbamos debido a nuestras exigencias que nos creamos es lo que llamó “MUSTURBATION”, y que es mejor dejar de hacerlo, a diferencia la otra actividad placentera, la masturbación, que no está nada mal y puedes realizarla tantas veces como quieras.


Entonces, es importante ayudar a nuestros pacientes desafiando y reeducando estas exigencias por preferencias, sin tener que renunciar a sus valores y objetivos, y poder mantenerse en equilibrio emocional, aceptándose a sí mismos como seres humanos imperfectos, con sus defectos, aceptando incondicionalmente a los demás, y aceptando la vida tal como es. 

Este cambio de creencias, de nuestra reacción emocional y conductual ante los eventos activadores, es lo que se conoce como “E” o nuevo EFECTO cognitivo, emotivo y conductual, que se trata a fin de cuentas de una ACEPTACIÓN de la realidad nuestra, de los demás y de la vida, tal como es. 


Requiere mucha práctica, esfuerzo, trabajo y tiempo para que se consolide en nuestro ser y permanezca allí por mucho tiempo consiguiendo un estado de paz interior y de sentirse en equilibrio a pesar de los eventos negativos que nos ocurren.


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